Diario de un gato siamés

domingo, septiembre 05, 2004

Mis amigos: El conejo

Entre ayer y hoy, he estado todo el santo día -bueno, cuando estaba despierto, es decir, unas 10 horas- jugando con mi nuevo amigo, El conejo. Tutu me lo ha presentado y acto seguido nos ha dejado a los dos juntos.

Aquí tenéis su foto

amigo El conejo

Tutu me ha dicho que es un gran tio, algo callado, pero de los que más compañía hacen cuando hace frío. Antes trabajaba en unos recrativos -con máquinas de esas de fútbol, baloncesto, peleas, carreras...-, siempre estaba entre 4 cristales, junto a otros compañeros. Cuando un humano pasaba por al lado, veía que podía echar una moneda y utilizar un brazo mecánico que le permitía en un único intento de coger a El conejo u otro de sus muchos compañeros. El conejo le comentó que todo iba perfectamente hasta que salió la primera parte de la película Shrek y como no había espacio para todos, pues tuvieron que sacarlo... y todo se llenó de muñecos de Shrek y de Shin Chan, que atraían mucho más a los humanos y daban más dinero. Una de las señoras se lo ofreció a nuestro jefe, y él aceptó adoptarlo para que hiciera compañía a Tutu y a otros amigos... Qué bueno que es nuestro jefe! -Uys, Tutu me dice que ya me daré cuenta de que no todo es como lo pintan, sobretodo cuando Tutu y yo queramos comer en la mesa junto a los jefes y nos echen a patadas...-

El conejo, es más o menos igual que yo de grande, pero tiene algunos años más que yo, además de ser bastante inmóvil... y de oler siempre a suavizante. Si yo no le hago algo, él no hace nada y al final me acabo cansando.
Le he maullado un par de veces, y siento que no le caigo bien, hasta el punto de que no me ha dicho nada en todo el tiempo, si Tutu se pasa todo el día lamiéndome, El conejo pasa de mi olímpicamente... hasta el punto que me he ido de paseo por el piso.
Aprovechando que El conejo pasaba de mi, he realizado la más grande escalada hasta la fecha, y es que subir 55 centímentros a pulso tiene todo su mérito. La cima, que es la cama de La jefa, es uno de las montañas más difíciles que he podido observar hasta el momento. Ya no sólo por la elevada complejidad de la altura y el desnivel, que es completamente perpendicular al suelo, sino por los peligros que conlleva encontrarse con alguno de los jefes vigilándote y que te vuelva a dejar en tierra... Ah! Sí! Cuando por fin llegué a la cima -todo hay que decirlo, ayudado por una chaqueta que tenía una manga colgando y me sirvió de apoyo- me encontré con Tutu! y es que este amigo del alma, siempre me sorprende con alguna de las suyas... Es mi héroe!

1 Comments:

  • "...sobretodo cuando Tutu y yo queramos comer en la mesa junto a los jefes y nos echen a patadas..."

    Jeje, recuerdo aquel día que Misi se subió a la mesa y, en un descuido, cogió un trozo de pechuga de pollo de mi plato y salío corriendo, así que ¡cuidado! Seguro que Simba se anima algún día a hacer lo mismo.

    Saludos de Iduna (y achuchoncillo para Tutú y Simba) ;)

    By Anonymous Anónimo, at 9:41 p. m.  

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